Instrucción Pastoral Colectiva
“La Verdad os hará libres”



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“La Verdad os hará libres” (Jn 8,32)
Instrucción Pastoral Colectiva del Episcopado Guatemalteco sobre algunos temas relativos a la vida, la persona, la afectividad, el matrimonio y la familia.


Presentación

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La persona, la familia y en particular la juventud, enfrentan grandes retos en el mundo de hoy en el que podemos asumir una actitud de mal entendida tolerancia, indiferencia, apatía, ignorancia pasiva, negociación de lo fundamental y relativismo; o podemos asumir esa actitud de conocer, profundizar, considerar, vigilar, accionar y dar razón de nuestra fe. Si asumimos esta última nos ayudará en ese proceso de caridad cristiana en el que el Papa Francisco ha insistido: “acompañar, discernir e integrar”1.

Esta Instrucción Pastoral Colectiva pretende ayudar a los fieles de la Iglesia Católica a conseguir la eficacia en la segunda actitud. Los retos de la familia en el contexto actual constituyen un desafío pero también una tarea. Se ha querido ofrecer un análisis de la situación actual de Guatemala, a la luz de la ciencia, las Sagradas Escrituras, las enseñanzas de la Iglesia, sobre todo de la Doctrina Social de la Iglesia y de los últimos pontificados del Beato Pablo VI, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco, quien reiteradamente ha advertido sobre la ideología de género como una colonización que vacía el contenido antropológico de la familia.

Para responder a estos retos necesitamos una Iglesia con una labor e iniciativas pastorales y apostólicas que promuevan, juntos a la gestación del sujeto cristiano mediante una asertiva iniciación cristiana, la formación de familias cristianas conscientes de su misión. Promover un laicado bien formado en las cuestiones de Bioética, antropología, vida, matrimonio y familia y filosofía, asequible y comprensible para todos. No solamente para el debate cultural y social, sino para el bien de las almas y para custodiar, con eficacia, la revelación, en medio de tantas realidades apremiantes de nuestro país, sobre todo en el interior donde debemos mostrar la caridad cristiana que nos distinguirá como discípulos de Cristo.

Que sirva este documento para conocer y profundizar en este esfuerzo ideológico global y en las causas de los problemas sociales, que pueden ser usadas como excusa para su implantación, y así enfrentar con sentido de trascendencia y con medios humanos y sobrenaturales, las verdaderas soluciones; recordando que no puede haber mayor signo de identificación con Cristo que el amor a cada ser humano, nacido y por nacer, porque «Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios los Creó» (Gn 1,27) y porque es la «única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma» (GS 24,3). La Iglesia, a imitación de Cristo, siempre hará un llamado a amar a todas las personas, nacidas y no nacidas, por su intrínseca dignidad humana, que siempre debe ser respetada.

Es urgente la promoción de auténticas comunidades cristianas, asociaciones de familias, organizaciones, empresas, instituciones públicas y privadas, y políticos que estén dispuestos a promover el bien común y los demás aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia. La humanidad, no solamente la Iglesia, necesita de verdaderos laicos dispuestos a testimoniar la hermosura del amor conyugal, la bondad social de la familia cristiana y la construcción de una sociedad a la medida de los hijos de Dios.

Guatemala de la Asunción, Enero del 2018

+ Gonzalo de Villa y Vásquez
Obispo de Sololá-Chimaltenango
Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala

1 Cfr. AL 298ss.