2. Condena este vil asesinato y exige a las autoridades competentes su inmediato esclarecimiento.

3. Tememos que este asesinato pueda estar vinculado a la entrega de los resultados obtenidos por el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), el pasado 24 de abril. Monseñor Gerardi fue el Coordinador General de dicho proyecto que investigó las masacres y asesinatos cometidos contra el pueblo de Guatemala durante los años del conflicto armado interno, y que también puso en evidencia responsabilidades institucionales implicadas en el conflicto.

4. La memoria de Monseñor no debe ser mancillada con la reducción de las causas de su muerte a un juego de venganzas de tipo político. Queremos igualmente prevenir contra cualquier intento de manipulación del mismo con fines políticos.

5. Como pastores queremos invitar a reconocer que Monseñor Gerardi ofrendó su vida como el buen pastor que da la vida por sus ovejas (Jn 10,11). Como discípulo del Señor Jesús, lo ha seguido con la fidelidad hasta la muerte, pues El había anunciado, "si a mí me han perseguido, también los perseguirán a ustedes" (Jn 15,20). Es el grano de trigo que ha sido derramado a tierra a gran precio; abrigamos la esperanza que sea para dar frutos de vida (cf. Jn 12,24).

6. El servicio de Monseñor Gerardi al pueblo de Dios como pastor estuvo marcado por la valentía. En dos ocasiones previas ya escapó de atentados contra su vida, ambos en 1980, cuando era obispo de El Quiché. Uno fue una emboscada en su misma diócesis y otra estuvo preparada para ejecutarse en los alrededores del Aeropuerto La Aurora. De esta última se libró porque se le prohibió entrar al territorio nacional y tuvo que exiliarse en Costa Rica.

7. El asesinato de Monseñor Gerardi se inscribe en el clima de violencia que ha vivido nuestro país por tantos años, violencia contra la que él tanto luchó. Volvemos a levantar la voz en favor de la vida. El recurso fácil a verter sangre para proteger intereses personales o de sector, la impunidad que no permite llegar a esclarecer los crímenes y el silencio para pretender olvidar siguen impidiendo que nos configuremos como comunidad nacional en donde nos respetemos como seres humanos.

8. Nuestro mensaje hoy, como en tantas otras ocasiones del pasado, es que la vida es un don de Dios. Que la vida se protege y se fomenta a través de la verdad, de la entrega fiel, el llamado a la conversión, a la justicia y al perdón. La historia de Guatemala está escrita con la sangre de tantos que la han derramado. Hoy, uno de los pastores de la iglesia de Guatemala corona su misión con la ofrenda de su vida por haber buscado la verdad, la justicia y la paz.

9. Oramos a Dios para que nuestro hermano Monseñor Juan Gerardi que ha compartido la muerte de Jesús, comparta también con El la gloria de la resurrección junto con la Santísima Virgen María y todos los santos. Pedimos a todos que se unan en la oración y en las parroquias se ofrezcan sufragios por su eterno descanso. Invitamos a todos a expresar su duelo orando ante su cuerpo en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Guatemala y a participar en sus funerales el miércoles 29 de abril a las 10:00 am.