* Inicio
* Guía para la
Lectio Divina
Calendario Litúrgico Dominical Ciclo A
27 nov. 2022 a
2 dic. 2023
* Adviento
27 nov. a 24 dic. 2022
* Tiempo de
Navidad
Vigilia 24 dic. 2022
a 9 ene. 2023
* Ordinario
1a. parte
10 ene. a 21 feb.
* Cuaresma
22 feb. a 1 abr.
* Semana Santa
2 a 9 abril
* Pascua
10 abr a 28 may.
* Ordinario
2a. parte
junio - julio
agosto - sept.
octubre - nov.
Enlaces
* La Biblia en línea
* CEBITEPAL
* Lectionautas
* La Biblia en K'iche'
* Inicio CEG
| |
Calendario Litúrgido Dominical Ciclo A
27 nov. 2022 a 2 dic. 2023
Descargar este contenido
El Evangelio según San Mateo constituye
una verdadera escuela de discipulado y
misión: su dinámica queda más clara si en
su lectura y escucha se tienen en cuenta
algunas de sus características
fundamentales, a las que ha de acompañar
constantemente un quíntuple movimiento:
leer, meditar, orar, contemplar y actuar
como llamados y enviados.
Las comunidades cristianas para las que
se escribe este evangelio necesitaban
identificarse claramente como seguidores
de Cristo frente al judaísmo agresivo
posterior al año 70 d. C. Había que describir
con total precisión la figura de Jesús de
Nazaret y aclarar cuál era la misión de la
Iglesia cristiana. Esto es lo que pretende
Mateo al escribir su evangelio para una
comunidad que busca su propia identidad
y misión en contraste con el judaísmo.
Una comunidad con problemas. En la
zona de Siria, al norte de Israel, había a
finales del siglo I d.C. numerosos grupos
cristianos. Concretamente existía una
importante comunidad en la ciudad de
Antioquía y es probable que allí se redactara
durante el último tercio del siglo I el
evangelio que la tradición ha atribuido a
Mateo. En realidad su autor pudo ser un
cristiano de origen judío, conocedor del
griego y del A.T.
La comunidad a la que destina su
evangelio pasa por dificultades. La ilusión
de los primeros momentos ha dejado paso
a una cierta desesperanza y apatía. La
venida del Señor, que parecía inminente,
se retrasa. Al grupo inicial de cristianos de
origen judío se han sumado muchos de
origen pagano y la manera de entender la
fe y la práctica religiosa ha entrado en
conflicto. Por otra parte, la caída de
Jerusalén (año 70 d.C.) ha provocado un
rigorismo en la religión judía, dominada
por el grupo de los fariseos. Los cristianos,
que antes eran soportados, ahora son
atacados por los judíos ortodoxos y
expulsados de la sinagoga y de la
comunidad judía.
Una obra clarificatoria. El evangelista
Mateo trata de animar y orientar a la
comunidad cristiana en la búsqueda de su
verdadera identidad. Su obra utiliza recursos
literarios empleados por los judíos y
numerosas citas del AT, pero sobre todo
busca la brevedad y la claridad en la
exposición de los contenidos. El evangelio
en su redacción final tiene tres grandes
partes:
1. Presentación del Mesías como Hijo
de Dios (Mt 1,1-4,16)
2. Invitación a Israel: el anuncio del
Reino de los cielos (Mt 4,17-16,20)
3. Invitación a los discípulos: el destino
sufriente del Mesías (16,21-28,20).
Un mensaje catequético. Cuando una
comunidad profundiza en sus raíces tiene
que preguntarse por aquello que de verdad
sostiene su existencia. Mateo responde a
esta pregunta y a esta situación que vivía
su comunidad mostrando que Jesús de
Nazaret es el Mesías. En Jesús se han
cumplido los anuncios proféticos del AT;
más aún, en Jesús se descubre ante todo al
Hijo de Dios, venido a la tierra para cumplir
obedientemente la voluntad del Padre.
Por su parte la Iglesia, que es el nuevo
Israel, ha heredado las promesas y la misión
que correspondían al antigua Israel ya que
éste ha rechazado el mensaje y la persona
de Jesús. Ahora deberá poner en práctica
la voluntad de Dios hasta que el Señor
regrese al final de los tiempos.
Un evangelio cuyo centro es Jesús, Señor
y Maestro de la comunidad de fe. El centro
vital de este Evangelio lo constituye la
sección de los capítulos 5 al 7 llamado
también "Sermón del Monte" o “Discurso
Evangélico”. Como los escuchas de aquella
ocasión, toda la comunidad de discípulos
y testigos es instruida dominicalmente por
Jesús sobre el camino del seguimiento y el
envío.
Esa comunidad lo va descubriendo como
Maestro y Señor durante todo el año
dejando que Él y no otro oriente su completa
existencia según sus enseñanzas
pronunciadas “con autoridad”: la autoridad
de la enseñanza (Mt 7, 29) y la autoridad
del envío (Mt 28,18). Ellas están contenidas
en los famosos "cinco discursos" o
catequesis de Cristo en Mateo:
1o. PROCLAMACIÓN DEL REINO o
discurso de la Montaña (Mt 5, 1-7, 28):
Jesús da la clave de las actitudes de vida
del creyente y el camino ético que hace
posible ser discípulo suyo en aquel contexto
judío y pagano tan cercano y en general
en cualquier ambiente cultural y social (cfr.
Mt 5, 20: Porque les digo que si su justicia
no es mayor que la de los escribas y fariseos,
no entrarán al Reino de los cielos…Mt 5,
47: Y si no saludan más que a sus hermanos,
¿qué hacen de particular?¿No hacen eso
también los gentiles?).
2o. ENVÍO MISIONERO o discurso
Apostólico (Mt. 10): El Señor envía a
extender su Reino de vida con ciertas
condiciones de la misión y con una
extensión universal que poco a poco se va
aclarando (cfr. Mt 28, 19: Vayan, pues, y
hagan discípulos míos a todas las gentes…).
3o. EL MISTERIO DEL REINO o discurso
de las Parábolas (Mt 13): El Reino del cual
Jesús es Señor es descrito en su crecimiento
misterioso más allá de todo cálculo
humano, pero hecho posible también con
el empeño, compromiso y coherencia de
los cristianos en el mundo y no fuera de él
(cfr. Mt 5, 13.14: Ustedes son la luz del
mundo y la sal de la tierra…).
4o. VIDA EN LA IGLESIA o discurso
Eclesial (Mt 18): Donde se revelan las
características de la auténtica Iglesia,
aquellas que se traducen en pobreza,
capacidad de perdón, apertura y actividad
concreta en el mundo (Mt 18, 3-4: Yo les
aseguro que si no cambian y se hacen como
los niños, no entrarán al Reino de los cielos.
Así pues, el que se humille como este niño,
ése es el mayor en el Reino de los cielos).
5o. EL FUTURO DEL REINO o discurso
Escatológico (Mt 24, 1-25, 46), que instruye
sobre la calidad del seguimiento en la vida
cristiana y su necesaria actitud de vigilancia
y esperanza que marcan el caminar cristiano
hasta el reencuentro con Cristo en la etapa
final de la Historia humana (cfr. Mt 24, 13:
Pero el que persevere hasta el fin, ese se
salvará).
|
|